Arroz Milagroso en Olivenza
El llamado milagro del arroz de Olivenza (Badajoz) es uno de los mayores misterios acaecidos en la ciudad, y además el único reconocido como milagro de multiplicación de alimentos además del descrito en la Biblia.
Corría el año 1949, en plena posguerra. Las instituciones benéficas trataban de paliar las necesidades de los más pobres y desfavorecidos. La casa de Nazaret del Instituto San José de Olivenza era una de estas instituciones en la cual se daba de comer a las familias necesitadas siempre que era posible. El 23 de enero de ese año era uno de esos días en que muchas personas acudieron para recibir un poco de comida. Leandra Rebollo, cocinera de la institución se encontraba en un aprieto. Tan solo disponía de 750 gramos de arroz y los asistentes eran muchos. Leandra era devota del beato pacense Juan Macías, y sin saber que hacer se encomendó a este. Es famosa la frase con la que Leandra se encomendó al beato:
-«¡Ay, beato…! ¡y tus pobres sin comer»
De esta manera Leandra comenzó a cocinar aquel arroz. Una vez se servía a los asistentes, Leandra notó que la olla en la que el arroz se cocinaba no se vaciaba. Es decir, siempre estaba llena de arroz. No solo este hecho era muy intrigante. Además a aquel arroz no se le añadía agua ni especias y aún así su sabor era muy bueno. De esta manera todos los asistentes pudieron comer. Un hecho más que añade misterio es que tampoco se añadía carbón a la cocina en la que se cocinaba el arroz.
Los acontecimientos se conocieron rápidamente en toda la población, e incluso se personaron vecinos de Badajoz para presenciarlos. Durante cinco horas brotó arroz de aquella olla hasta que el párroco Luis Zambrano dijo en voz alta:
-«Basta»
Así terminó todo.
El Papa pío XII ordenó una investigación en la cual 14 sacerdotes entrevistaron a 22 testigos directos de los hechos. El arroz fue analizado en distintos laboratorios, los cuales certificaron que todo era normal y no había nada extraño en el. El Vaticano tardó 25 años en pronunciarse, y en 1974 consideró que lo ocurrido había sido un milagro. El 28 de septiembre del año siguiente se produjo la canonización del beato Juan Macías en Roma.
Hoy día se conserva en el centro parroquial una réplica de la cocina de carbón, la cual puede ser contemplada por los visitantes. Así mismo aún viven dos de los principales testigos de aquellos hechos, Fernanda Blasco y Francisco González Santana.
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