EL caso Tomares. El Vallecas del Aljarafe Sevillano.

Tomares, en el Aljarafe sevillano, sur de España. El día 10 de noviembre de 2001 Mª Luisa R, de 15 años se reúne con unos amigos en su casa.

Acaba de fallecer un familiar y su intención es contactar con el mismo a través de una sesión de ouija. Después de varias horas en su habitación y sin resultados destacables más allá de lo habitual en este tipo de sesión, abandonan el «juego».

Dos días después, el 12 de noviembre, la joven fallece sin razón aparente. La autopsia revela una parada cardiorrespiratoria. Carmen, hermana mayor de la chica comenta lo siguiente respecto al fallecimiento:

«Luisa no estaba mala, sólo el último día estaba con vómitos y tenía un comportamiento extraño. Aquella noche yo no podía dormir, eran las dos o dos y pico de la mañana y en mi cuarto entró una ventolera helada… sentí pasos y la puerta se cerró, no hizo más que cerrarse cuando los cajones comenzaron a abrirse y cerrarse con mucha fuerza, la persiana vibraba y yo chillaba histérica, mis padres no podían abrir la puerta y cuando lograron entrar las luces se comenzaron a encender y apagar… yo estaba muy nerviosa.»

Pasados dos días, comienzan a ocurrir hechos muy extraños en la casa, tales como golpes, luces que se encienden y apagan solas, cuadros que se mueven en la pared, puertas de los muebles de cocina moviéndose. Incluso los cubiertos y persianas se descolocaban.

Algo muy extraño era la bajada de temperatura tan enorme que se producía en el piso. Y sin duda más aterrador era el movimiento que las muñecas de Mª Luisa tenían en su habitación.

Ante tal situación la familia decide abandonar el inmueble en febrero de 2002 y trasladarse a Sevilla. Carmen declaraba al respecto:

«Poco a poco vamos haciendo la mudanza, pero impone volver allí. Mi madre va más a menudo, le dijeron que pusiera una vela en el cuarto de Luisa que eso ahuyentaría al espíritu y su alma descansaría en paz y de vez en cuando va? No creo que mi hermana sea ese espíritu, mi hermana jamás nos haría daño…»

La cocina y la puerta de la habitación de Mª Luisa
La mudanza se lleva a cabo poco a poco. Apenas se atreven a entrar en la vivienda

Los fenómenos continúan a pesar de estar vacía la vivienda, lo cual lleva a que la policía visite el lugar en varias ocasiones a causa de las protestas vecinales. Las fuerzas de la autoridad no encuentran explicación para los hechos ocurridos.

El investigador José Manuel García Bautista es invitado por un amigo policía a visitar el piso en mayo de 2002. Él no sabe a qué se enfrenta y su amigo tan solo le dice que lo que ocurre allí es inimaginable.

Una vez lo recogen dos policías se encuentra con su contacto en el bloque de pisos, y uno de los agentes le comenta que el «ahí no sube».

Una vez entran en el piso, lo primero que José Manuel advierte es una bajada de temperatura cerca a los 20 grados. Comienzan a adentrarse en el pasillo de la casa y se dan cuenta de que una especie de niebla se levanta a unos diez centímetros del suelo.

A medida que avanzan notan la sensación de ser vigilados e incluso notan pasos y algo parecido a movimientos rápidos de algo desplazándose.

A pesar de que tanto el servicio de electricidad y de agua están inhabilitados, las luces se apagan y encienden y los grifos comienzan a expulsar agua.

Al fondo del pasillo, en la puerta de la habitación de la fallecida encuentran una vela y es en ese momento cuando escuchan un gran estruendo en la cocina. Una vez llegan a la misma se encuentran los cubiertos y platos perfectamente alineados en el suelo si estar ninguno de ellos roto.

Platos en el suelo de la cocina

Cuando entran en la habitación de Mª Luisa encuentran una pintada en la pared que reza:

«siempre estaré aquí»

La neblina ya no está presente en aquella habitación, pero el investigador y sus dos acompañantes notan como una de las muñecas comienza a balancearse ligeramente. Esto hace que salgan a toda prisa de la casa.

En posteriores visitas, José Manuel presencia de nuevo aquellos fenómenos, además de algunos más como las descarga o mal funcionamiento de las baterías de cámaras y otros utensilios de trabajo. Además, siente la presencia de sombras en todo el piso.

En el siguiente audio José Manuel García Bautista relata a la cadena SER su vivencia en el lugar.

Vídeo de grabaciones tomadas en al piso por José Manuel García Bautista

El padre de Mª Luisa declaraba a la Revista Año Cero:

«..algo de otro mundo ha ocupado mi casa y no nos deja vivir»

La familia llego a poner cuñas en las puertas para evitar su apertura y cierre a causa de las molestias que causaban en el vecindario. En sus visitas periódicas a la casa notaron la presencia de voces y susurros.

A fecha de hoy el piso se encuentra deshabitado y sin intenciones de que la familia vuelva a él.

¿Piensas que la ouija es peligrosa?

Ver resultados

Cargando ... Cargando ...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies