La vampira de Barcelona. Secuestradora, proxeneta y asesina

Barcelona, principios del siglo XX, poco después de la Semana Trágica. La pobreza y la riqueza conviven en Barcelona representadas por una minoría de burgueses adinerados y una gran mayoría de personas en la pobreza y en búsqueda de una nueva vida. Las oportunidades y el modernismo importados desde América están presentes en una sociedad en la que la desigualdad marca la diferencia. La mayoría de los hombres trabajan en fábricas, mientras que las mujeres, según la edad se dedican en su mayoría a la mendicidad o la prostitución.

Barcelona a principios del siglo XX

Una de estas mujeres es Enriqueta Martí Ripollés, nacida en Sant Feliu de Llobregat el 2 de febrero de 1868. De familia humilde, llega a Barcelona buscando trabajo como costurera o niñera. Aprendió el oficio de costura con una tía suya. Su padre, ludópata y alcohólico las abandona cuando Enriqueta era apenas un bebe dejándolas en la miseria debido a las deudas.

Enriqueta era una mujer de carácter difícil, solo comprendida por su tía, la cual le ayuda proporcionándole algo de dinero y la dirección de un hostal donde alojarse. Cuando llega a la capital encuentra a mujeres mendigando con niños de la mano y a muchos hombres durmiendo en portales y azoteas. Esta situación le hace comprender que será difícil salir adelante.

Al poco encuentra trabajo como niñera en casa de un matrimonio que regenta un restaurante en el paseo Colón. Cobra 2 pesetas por cuidar a los hijos de Don Pascual Dolls y su esposa Asunción. Pero ella se da cuenta de que su oportunidad puede estar en el restaurante, por lo cual pasa más tiempo en dicho negocio que con los niños. Esto se lo permite Don Pascual a cambio de sexo. Es el mismo Pascual el que le presenta en el restaurante a conocidos con los cuales comienza a prostituirse. Más tarde continúa haciéndolo en el puerto de Barcelona y en el Portal de Santa Madrona.

Portal de Santa Madrona

Por fin conoce a alguien interesante en el restaurante. Se trata de Joan Pujaló, pintor que aspira a abrirse un hueco en el mundo artístico. Joan posee un estudio y un piso. Enriqueta comprende que es su momento y tres meses después, en mayo de 1895 contrae matrimonio en la capilla de San Lázaro, en el barrio del Raval.

Poco tiempo después, Enriqueta huele el fracaso y deja a Joan Pujaló. Se dedica de nuevo a la prostitución, aunque anteriormente se veía a menudo con otros hombres por puro placer. Volvía con Joan y poco después volvía a marcharse. Así hasta seis veces.

Joan Pujaló

En su primera marcha de casa, comenzó a prostituir a otras jóvenes, que, como ella, habían llegado a Barcelona buscando trabajo.

En esa época se organizaban orgías desde un local llamado Els Quatre Gats, lugar de moda en Barcelona. Las orgías se llevaban a cabo en casas particulares y Enriqueta participaba en ellas. Un proxeneta encargó a una de sus subordinadas de nombre Anselma, que le informase acerca de estos encuentros sexuales. Las compañeras de la chica le hablan acerca de las orgías, en las cuales participan siempre varios hombres adinerados y varias prostitutas. Lo peor del asunto es que al parecer a veces se escuchan llantos y voces de niños en las habitaciones.

Cuando Enriqueta abandona definitivamente a Joan, alquila un piso en el número 29 de la calle Ponent, en el barrio del Raval, hoy conocido por el barrio chino. Desde allí controlará el negocio. Pero pasado un año decide volver con su marido debido al fuerte instinto maternal que se despierta en ella. Aunque Joan recela de sus intenciones, ella promete ayudarle económicamente, y al final Joan cede.

Bloque de pisos donde vivió Enriqueta

Tendederos en la calle Ponent

Al poco tiempo queda embarazada y la pareja entra en una fase de felicidad con la llegada de su hijo Nicolau. Pero poco les duró su bienestar, porque el niño fallece al poco tiempo. Esto lleva a Enriqueta a sumirse de nuevo en la más absoluta oscuridad y de nuevo vuelve a la prostitución y a su piso en la calle Ponent.

Comienza a prostituir a chicas jóvenes además de a niños y niñas de entre 5 y 14 años. Es en ese momento cuando además comienza a asesinar a niños con unos fines macabros. Después de matarlos les saca la grasa abdominal, hace polvo con sus huesos, coagula la sangre, e incluso conserva los dientes. Todo con el fin de fabricar remedios para la supuesta cura de enfermedades en aquel tiempo mortales tales como la tisis (tuberculosis).

Su modo de proceder es ingenioso. De día se viste con harapos y se pasea con niños de la mano pidiendo limosna e incluso parando a pedir comida en conventos e instituciones benéficas. Este modo de mostrarse en las calles no da que sospechar de la actividad nocturna de Enriqueta. Llegada la noche se viste con vestidos muy caros, y en lujosos carruajes se encamina a las casas de los adinerados catalanes de la época. Es en estas casas donde se dedica a vender sus macabros productos y también donde ofrece los servicios sexuales de menores. Esta relación con la burguesía era muy beneficiosa para ella. De hecho, en 1909, fue detenida y nunca llegó a juicio debido a sus influyentes contactos.

Además, tenía la precaución de secuestrar a niños de familias pobres. En aquella época no se le hacía demasiado caso a este tipo de familias por parte de la justicia, y nadie se preocupaba por aquellas desapariciones.

Su error llega el día 10 de febrero de 1912. Ese día la niña Teresita Guitart Congost paseaba con su madre por la zona de La Paloma. En un momento de descuido de su madre, Enriqueta le ofrece caramelos a la niña y al confiarse esta, se la lleva a su piso.

La cuestión era que la niña pertenecía a una familia pudiente, razón por la cual la policía comienza buscarla. A las dos semanas,el 17 de febrero, Claudia Elías, vecina de Enriqueta ve a una niña asomada a un ventanuco del piso de Enriqueta. Extrañada le pregunta a ella quien es aquella criatura, a lo cual Enriqueta responde con silencio. Claudia comenta lo sucedido con un colchonero cercano y a su vez este lo comunica a el agente de policía José Asens. El policía lo comunica a su compañero, el brigada Ribot, y ambos deciden inspeccionar el piso de Enriqueta con el pretexto de que un vecino les comenta que Enriqueta tiene gallinas en el piso, hecho prohibido en aquel momento.

Colchonería a la que se dirigió Claudia Elías

Enriqueta no puede hacer nada y permite el paso al interior de la vivienda. Lo que encuentran los policías es más de lo que esperaban. Una niña con el pelo rapado a la que inmediatamente identifican como Teresita Guitart. Además encuentran a otra pequeña llamada Angelita. De inmediato los policías las interrogan. La niña del pelo rapado les dice que se llama Teresita, pero que Enriqueta le había dicho que a partir de su estancia en aquella casa se llamaría Felicidad. También la misma niña narra como Enriqueta le dijo que se había quedado huérfana y que ella sería su madrastra. Por otra parte le había prohibido salir de casa y entrar a determinadas habitaciones.

Teresita Guitart Congost
Angelita. Encontrada junto con Teresita

Respecto a Angelita, la propia Enriqueta explica que es su hija, fruto de su matrimonio con Joan Pujaló. Más adelante se supo que no era así. El propio Joan, por propia iniciativa y para desvincularse de toda culpabilidad se apresura a de declarar en la policía. Allí declara que el único hijo varón nacido del matrimonio ha muerto. Enriqueta por fin confiesa que la niña es hija de su cuñada, la cual la había tenido siendo viuda. Por esa razón la cede a Enriqueta y así oculta su vergüenza.

Angelita declara a los policías como Enriqueta había asesinado en la mesa de la cocina a un niño de 5 años de nombre Pepito. De el nunca más se supo nada.

Enriqueta había alimentado a Teresita a base de pan y patatas cocidas, lo cual no era poco en aquella época. Al parecer nunca la maltrató. En una ocasión, Teresita, desobedeciendo a su secuestradora entró en una habitación de la vivienda y descubrió un saco con ropas de niños y un cuchillo manchado de sangre. Después de ser interrogada, la niña fue devuelta de inmediato a sus padres.

Teresita Guitart junto a sus rescatadores
Teresita y sus padres

A consecuencia del descubrimiento policial, Enriqueta ingresa en la prisión para mujeres Reina Amalia en espera de juicio. Mientras tanto se llevaron a cabo registros en su casa de la calle Ponent. Además de lo anterior, se descubrió otro saco con una treintena de huesos de pequeños con signos de haber sido expuestos al fuego.

Enriqueta detenida

También se descubrió un suntuoso salón, que contrastaba con la pobreza y suciedad del resto de la vivienda. En el salón encontraron un armario repleto de vestimentas infantiles. El horror vino después. En otra dependencia encontraron los frascos con restos humanos tales como grasa, sangre coagulada, polvo de huesos, dientes e incluso cabellos.

La policía también registro tres viviendas más. Un piso en la calle Tallers, otro en la calle Picalquers, y una pequeña casa en Jocs Florals, en Sants. En el primero de los pisos se encontraron falsos techos y paredes con restos humanos en su interior. En la casa de Florals se encontraba un cráneo de un niño de 3 años y huesos de pequeños de edades desde los 3 a los 8 años. Algunos restos aún conservaban ropas. Además se localizó otra vivienda en Sant feliu en la cual también hallaron cadáveres.

Lo más destacado fue el hallazgo en Ponent de libros con remedios para enfermedades en incluso textos sobre brujería. Algunas cartas que se encontraban en el piso estaban en lenguaje cifrado. Pero lo más importante era una lista con los supuestos clientes de Enriqueta. Se hablaba de personas de mucho poder y alta clase social. Desde el primer momento, la lista se ocultó debido al miedo a que se produjera una revuelta popular. Más adelante se dio la explicación de que aquellas familias habían sido estafadas por la propia Enriqueta.

El asunto de la lista ha creado controversia durante mucho tiempo. Un siglo después no son pocos los autores e historiadores que defienden la teoría de que Enriqueta fue una cabeza de turco de familias poderosas para ocultar sus vicios, y que la mayoría de los crímenes de los que se acusó a Enriqueta eran falsos. Lo cierto es que Enriqueta nunca fue condenada y tan solo fue probado como delito el secuestro de Teresita Guitart.

Registro de los pisos
Uno de los falsos tabiques

El pueblo esperaba con impaciencia el juicio de Enriqueta, el cual nunca llegó, ya que murió en la prisión el día 12 de mayo de 1913. Sobre su muerte también existe controversia. La versión oficial la explica como una paliza mortal que recibió en la cárcel por parte de otras reclusas. A día de hoy algunos autores afirman que murió víctima de un cáncer de útero que sufría hacía tiempo.

Prisión Reina Amalia

El caso de La Vampira de Barcelona o de la calle Ponente tuvo mucha trascendencia, tal y como muestra en publicaciones incluso humorísticas de aquella época

Publicaciones sobre Enriqueta

Es fácil ver que jamás sabremos la verdad al completo y que solo Enriqueta la tiene en su tumba del cementerio de Montjuic, donde fue sepultada en una fosa común.

¿Crees que Enriqueta Martí fue cabeza de turco de los burgueses catalanes?

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2 comentarios en «La vampira de Barcelona. Secuestradora, proxeneta y asesina»

  • el 27/03/2020 a las 6:45 PM
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    Wow, que historia. Los peores monstruos son de carne y hueso, que caminan entre nosotros en el mundo real. Paz a las almas de los pobres niños 🙁

    Respuesta
    • el 28/03/2020 a las 11:37 AM
      Enlace permanente

      Y que lo digas. Es una cruda historia, y lo peor es que quizá Enriqueta pago el precio de otros

      Respuesta

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