El expediente Vallecas
Primavera 1990, Estefanía Gutiérrez Lázaro, una adolescente de Vallecas, en Madrid, celebra una sesión de Ouija junto con cuatro amigos en la biblioteca del colegio. A mitad de sesión una profesora entró en la dependencia y enfadada rompió el tablero. En ese momento el vaso que utilizaban como planchette explota.
Un humo salido de donde ninguno de ellos supo explicar, se situó en la cara de Estefanía. Así terminó la sesión ese día.
Es a partir de ese momento cuando comenzó un auténtico inferno para la joven. Su familia cuenta como comenzó a tener unos comportamientos extraños. A veces entraba en un estado parecido al coma, del cual cuando despertaba ella describía como se encontraba en un largo pasillo en el que había una especie de nebulosa. Al final del pasillo Estefanía veía a muchas personas que la llamaban por su nombre.
En ocasiones la chica se quedaba estática, mirando fijamente a un punto y comenzaba a hablar en una lengua que ningún miembro de la familia comprendía. Así mismo, a veces describía una sombra que tan solo ella veía.
Una de sus hermanas recuerda como una tarde, Estefanía se derrumbó en el suelo y a continuación comenzó a levitar y a expulsar espuma por la boca. Poco después una siniestra risa broto de su garganta.
Ante todos estos hechos, los padres de la joven consultaron a varios médicos, los cuales sin dar certeza la diagnosticaban como epiléptica. A pesar de la medicación que los médicos le recetaron, Estefanía siguió padeciendo los mismos síntomas e incluso aparecieron algunos nuevos, tales como ver a la Virgen, monjes de pie junto a su cama e incluso sombras que se desplazaban por el suelo.
A consecuencia de todos estos hechos, Estefanía enferma y llega un momento en el que debe ser hospitalizada. El 14 de julio de 1991 llegó a casa después de salir con su novio y se queja de un fuerte dolor de cabeza. Una vez la chica hubo cenado se acostó. ES mismo día le había dicho a su madre que ella moriría pronto, que no pasaría de esa misma noche. Anteriormente, ese mismo día una de sus hermanas recuerda que estando llenando un cubo con agua, comenzó a hablar con Estefanía, y esta, después de emitir una especie de gruñido, cayó al suelo con una de las crisis que sufría.
Una vez se había acostado se oyó un quejido en su dormitorio. Cuando entraron para ver que sucedía la encontraron incorporada en la cama. Al instante cayó hacia atrás con síntomas de faltarle el aire. De inmediato avisaron al SAMUR y es ingresada de urgencia en el hospital, donde falleció a las tres de la madrugada debido a una supuesta asfixia pulmonar. Se efectuó la autopsia sin que se arrojase ningún resultado más sobre aquella repentina muerte. En el informe médico se refleja como «muerte sospechosa» lo cual indica que en realidad no había una causa clara.
Los fenómenos no terminaron al fallecer Estefanía ni mucho menos. Al parecer ese mismo día había comunicado a su familia que una vez falleciese los visitaría dando tres golpes en la puerta de su casa, cosa que ocurrió días después.
Pasado un mes de su fallecimiento, la familia vivió un auténtico calvario. Cuchillos y vasos que salían despedidos solos, veían las mismas sombras y monjes que Estefanía, En una ocasión un vaso voló hasta la cara del padre y estalló justo antes de casi impactar en su cara.
En ocasiones una pelota aparecía rodando por el pasillo del piso. Ruidos muy fuertes sin un origen aparente daban paso a la voz de una niña tarareando una canción y que solo era escuchada por una de las hermanas.
Tal era la violencia de los fenómenos, que la familia llevó todos los colchones de la casa al salón y dormían allí juntos. El padre colocó una mesa de mármol y un sofá bloqueando la puerta, pero una noche fueron empujados por una fuerza y la puerta quedo totalmente abierta.
El hermano de Estefanía cuenta como el día de todos los Santos se levantaron temprano para ir al cementerio. Se dieron cuenta de que todos tenía los orificios nasales cubiertos de una sustancia de color negro. Antes de salir se percataron de que una foto de Estefanía que estaba en un aparador, estaba en el suelo. Al cogerla vieron como la foto estaba quemada detrás del cristal del marco, y lo más llamativo es que después de haber caído al suelo, el cristal seguía intacto.
Así continuaron los fenómenos durante varios meses hasta que la familia no pudo más y una noche pidieron ayuda llamando a la policía. Era el 19 de noviembre de 1992. El policía que atendió la llamada, ante lo inusual de lo que el padre relataba, pidió hablar con otros miembros de la familia, y ante su asombro todos coincidían en su relato.
El inspector de policía José Pedro Negrí se personó en el domicilio junto a varios policías. Al llegar los encontró en el portal del bloque de pisos muy asustados. Entre otros hechos, los propios policías presenciaron como los cuadros se desprendían solo de las paredes. Un crucifijo cayó al suelo, y una vez allí, la figura del Cristo se desprendió de la cruz.
Comenzó el registro del piso y al llegar al salón las puertas de un pequeño armario se abrieron y cerraron violentamente varias veces seguidas. Los policías buscaron la causa de ello, pero no la encontraron.
Justo después sonó un gran golpe en la terraza. Cuando salieron a mirar no había nada ni nadie. En ese momento los policías, excepto el inspector, no soportaron la situación y salieron del domicilio. Los padres de Estefanía contaron al inspector el suceso de la sesión Ouija.
Poco antes de marcharse la policía, el propio inspector se dio cuenta de que en el tapete de una mesa del salón había una sustancia de color marrón que ningún miembro de la familia supo identificar, y que más tarde se calificó en el informe policial como «babas».
Todos los hechos se reflejaron en dicho informe, el cual se considera el primero en España en admitir la existencia de «hechos inexplicables».
Posteriormente los hechos han continuado produciéndose y la familia recibió los servicios de grupos de investigación paranormal. Uno de estos grupos captó una psicofonía en la cual se escucha «cuidado con el abuelo!!!» La madre de Estefanía relaciona esta psicofonía con la discusión que tuvo con su propio padre por motivos económicos antes de fallecer. Según la mujer, el padre le había dicho que cuando muriese le haría la vida imposible desde el más allá.
En este audio podemos escuchar la psicofonía
A día de hoy una de las hermanas de Estefanía afirma que sigue viendo cosas extrañas y sobre todo que es capaz de sentir cuando una persona morirá.
De verdad uno de los casos de posesiones demoníacas más inexplicables que he visto. Sin palabras. No me imagino lo que pasaron, seguramente, verdadero terror.